miércoles, 25 de julio de 2007

A la parte inconclusa

-Siempre te dejas los bordes cuando comes pizza?
-No me gustan, nunca me los como.
-A mi me encantan. -Me miró un momento con cierta picardía.-Tú y yo vamos a llevarnos bien...

Qué más da decir hasta luego que adiós. Tiene el mismo significado. Odio la manida frase que hace que un hasta luego suene exactamente igual de trágico que un adiós dicho por la más pequeña de las bocas.
Qué más da cuando la despedida es definitiva, cuando sabes que no volverás a ver a alguien si no es mirando viejas fotos, imágenes del pasado que vuelven como la enésima reposición de una película antigua... o en los sueños, en los recuerdos, grises y sin sonido, grabados en la mente en super ocho.
Sabes que de quienes te despides, entran en el terreno desconocido de las cosas que pasan sin que tu lo sepas. Tu vida y sus vidas dejan de cruzarse, tú dejas, simplemente, de estar en ellas. Dejar de formar parte de la vida de alguien puede ser a veces tan malo como dejar de formar parte de la tuya propia. Pero es aún mas doloroso que ese alguien, deje de formar parte de tu vida. Una parte de ti queda... inconclusa.
"Te echo de menos". De veras? Sientes como si parte de tus entrañas te hubiera sido arrancada, y el deseo de fabricar nuevos recuerdos se viese golpeado por una impotencia asfixiante, amarilla y con olor a azufre? Si al menos pudiera pensar en las personas que echo de menos sin que mi estómago se anudase, sin que las lágrimas irrumpiesen, entonces seguro que podría sólo alegrarme por tener bonitas historias que contarme a mi misma en esas tardes de tormenta, en las que casi no hay luz y no tengo nada que hacer.
Si ahora no estuviese viendo por mi ventana el ir y venir de la gente en sus casas, en sus ventanas, sus vidas sencillas, como suelen ser todas las vidas, cómo juegan los niños en el cuarto, cómo cenan las familias en sus salas de estar, cómo tienden su ropa o hacen sus camas, no sabría que la vida de quienes desaparecen de mi camino sigue su curso. Ellos también crecen, aprenden, se casan, tienen hijos, nietos, accidentes de tráfico, mudanzas, viajes, enfermedades, que siguen aprendiendo hasta que mueren. Ellos también cenan en su sala de estar, tienden su ropa y hacen sus camas... sólo que yo ya no puedo saberlo.

Bebió un trago de su cerveza, mientras sostenía en la mano el borde de su ultima porción de pizza.
-"Puedes comerte mis bordes".


2 comentarios:

MonsterS dijo...

A mi me gustan los bordes de las pizzas.

Anónimo dijo...

Curiosa forma de empezar a hablar de despedidas para siempre.
Yo tambien soy de los que se comen el borde.